Si en una hora me dieras tu calor,
si en una hora tu refugio fuera mi casa,
si tus fuerzas fueran mi sustento,
si tus recuerdos fueran mi biblioteca
brillaría como el sol, como el sol.
Si la fragancia de tu aroma fuera de rosas
y el jazmín que destilas no abarcara mi camino,
si tu voz hablara a mi oído,
con suavidad tu susurro calmaría mi esperanza,
que esperando esta incitada por tus dichos.
Si en una hora podría atrapar su cariño,
si tu búsqueda cesará con mi voz,
si tus caminos siempre paralelos se juntaran al mio,
el recuerdo cautivante e irrisorio
gritaría a los vientos, que ¡Te Amo, que Te Amo!
Adalid
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dime si he de alejarlos,
quizas dejarlos rodar sin destino,
preparada a la nueva oportunidad de continuar
un camino en una hora.
Las caricias que tus manos titubeantes
pasman sobre mi piel
dejan un suave calor y
nostalgia a los recuerdos.
Adalid
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